Hoy, tres meses antes de lo previsto, Ferrovial ha inaugurado la autopista LBJ Express, en el estado de Texas, en el sur de EEUU. La autopista, de 27,4 kilómetros, supuso una inversión total de 2.625 millones de dólares financiados a través de 850 millones en créditos federales, una aportación de 490 millones del estado de Texas, 615 millones en bonos y un desembolso de 670 millones por parte de los socios del consorcio encabezado por Ferrovial, que se ocupará de la gestión de esta infraestructura durante 52 años.
El proyecto de la LBJ Express, que combina vías de servicio y carriles de peaje con el objetivo de aliviar la congestión de tráfico en el área de Dallas-Fort Worth, ha consistido en la reconstrucción de las vías principales de las autopistas interestatales 635 y 35E, inauguradas en 1967 y libres de peaje, así como la apertura de un corredor de pago de entre cuatro y seis carriles, dependiendo del tramo.
En su mayor tramo, la LBJ Express suma 29 carriles entre los dos sentidos y por esta autopista podrán circular 500.000 vehículos diarios, más del doble de los 230.000 que recibían hasta ahora los tramos integrados en la nueva vía.
Esta ampliación responde al crecimiento del área metropolitana de Dallas, hoy la cuarta del país, cuyo sistema de autopistas de los años sesenta ya no puede absorber la circulación de sus 6,6 millones de habitantes.
Durante los cuatro años que invirtieron en su construcción, Ferrovial y sus socios mantuvieron el corredor abierto al tráfico mientras se ampliaban los carriles existentes y construía el tramo de peaje. En este proceso de demolición y construcción, participaron más de 9.000 trabajadores. En el verano de 2013, el momento de mayor intensidad había 450 empleados.